FELIZ NAVIDAD

Fue en nuestra plaza en pleno Trastevere. Dentro de la iglesia de Santa María donde estaba este cuadro. Me lo quedé conmigo. Para felicitar las pascuas en este blog que nació para que recordáramos los días que pasamos en Roma. Un beso dream y feliz Navidad.

SAN PEDRO

Allí nos volvíamos cansados pero acabábamos de ver la Basílica de las Basílicas y sobre todo aquella increíble Plaza. Recuerdo aquel día con mucho cariño igual que todos los que pasamos en nuestra segunda ciudad.

BOCADILLOS

Que buen descubrimiento tuvimos en el terreno gastronómico. Y lo mejor es que el que atendía era mexicano y nos entendíamos bien. Recuerdo la primera noche cuando me comí medio bocadillo tuyo hasta que nos dimos cuenta de que nos habíamos confundido. Esos bocadillos y nuestra cerveza fresquita. Un beso dream

NUESTRO BARRIO

Se acortaban las avenidas en calles apretadas que parecían sucederse sin descanso. Charcos, adoquines pequeños. El Vicolo de la Scalla. Nuestra casa esperando. Nuestro pequeño cuarto de contadores en el que tan felices nos encontramos. Huele a fritanga. Café a 0´80. Camomila 2 bolsitas y un ventoglio para sorprenderte. El mexicano de los bocadillos increíbles. Y la pizzeria que nos alimentó frente a "ma che siete venutti a fa". Salimos a cenar los macarrones están increíbles. Y te aseguro que no fue el tinto porque antes de cenar ya te veía preciosa.

ATARDECER EN EL TIBER

Todos los atardeceres tienen su magia. En las orillas del Tiber vimos las luces bajar del cielo y a las nubes recortarse sobre los puentes. ¿Te acuerdas de aquel día?. ¿Recuerdas la cúpula del Vaticano abrirse paso al final de la Via Conciliazione?. Allí también te besé.

ÁNGELES

Muchas veces hablé de ángeles. Aunque fue en Roma donde encontré varios de ellos. La primera tu, mi amor, quien se vino con un extraño a andar por el mundo. Los otros que me llamaron la atención estaban cerca del Castillo de San Angelo. Y el atardecer los convirtió en mágicos.

VATICANO I

¿Te acuerdas de la velocidad por los museos buscando la capilla Sixtina?. Recuerdas la lata de pepsi entre medio de las salas. El museo egipcio. Y la entrada con aquella pequeña monja que nos tomó por raros. Recuerdas los bocadillos cerca de la Plaza de San Pedro. Seguro que te acuerdas ¿a que si?.

PIAZZA NAVONA

Abierta en pleno centro. Allí nos encontramos. Allí también te besé. Allí cerca de la librería española. Paseamos. Nos miramos. Me encantó aquella plaza. Y tus ojos mirando las fuentes.

AQUI NO

Esto era la base de las farolas de uno de los puentes que cruzan el Tiber. Aquí nadie se atrevería a este tipo de decoración. Os imaginais los chistes. El puente de los cabritos....

LUCES

¿Recuerdas lo pesado que me puse con las luces?, ¿recuerdas las veces que te hablé de las luces que había en el Coliseo?. Me gustaron un poco menos que la luz de tu mirada, pero también tenían su punto.

TREVI

Te recuerdo aturdida de miradas de turistas. Hermosa y cantarina tu agua. Fue impresionante dar la vuelta a una esquina y encontrarte. Los dos nos quedamos unos minutos en silencio reconociendo que estábamos ante algo espectacular,irrepetible. La miré y la besé delante tuya. Como en cada esquina de Roma. Me sentí dichoso. Por fin te conocí. Aun recordaba la primera vez que oí hablar de ti y te vi en un libro. Y ahora estaba allí mirando tus aguas y con Ella. Buscamos la salida por uno de tus laterales y a mi se me antojó pizza. Era nuestra primera noche en Roma. La ciudad que nos devolvió los sueños.

TENÍA EL AIRE...

...un perfume de recuerdos. Nacidos con el tiempo y el cielo de Sevilla. Y anclados al pie del Tiber. No pude tener mejor compañía que la tuya para vivir en Roma. No pude ser más feliz que viéndote sonreír y notando ese brillo en tu mirada. Era un sueño, el tuyo, que caló en el mio con la fuerza de pasear por la ciudad eterna. Puede que no tengamos las mismas ideas en algunas cosas. A pesar de eso se que la felicidad de verte sonreír estará por encima de cualquier idea terrenal. Roma se convirtió en mi sueño. Tu y una ciudad eterna. ¿Se podía pedir más ?.

PERDONA SI TE LLAMO AMOR

Ese es el título de la novela de Federico Moccia que ha sembrado de candados de enamorados las rejas y farolas de Roma.Hoy tu y yo hace dos meses que nos unimos. Y cuando vimos estos candados en Roma no teníamos ni idea de lo que significaba. Porque no hay mejor candado que tu sonrisa. No hay más deseo que el de besarte. Ho voglia di te. Algún día me preguntaras que significa esta frase en italiano y yo te lo diré.

2 MESES

2 meses ya cariño, desde que nos besamos aquella noche de sábado. ¿La recuerdas?. Yo no podría olvidarla. Aún creo vivir un sueño. Aún pienso que despertaré y te habrás ido como se fue el pelo de mi cabeza. Nunca preciosa, me crucé con una mujer como tu. Tan adecuada a mi. Una mujer con la que el tiempo no se notara. Alguien cuya sonrisa fuera capaz de iluminar una ciudad. Cariño tu luz la descubrí el día que te conocí. Aunque hasta Roma no comprendí que también algo de mi te atraía. O a lo mejor lo sabía de antes pero en Roma me lo creí. Y fue entonces cuando comprendí que necesitaba la luz de tus besos. Fue entonces cuando me creí que mi dream estaba a mi lado. Fue en la Fontana de Trevi. Donde unas ventanas(las de la foto)derramaban luz. La misma luz que derramaba tu sonrisa en mi alma. Ti amo

JUSTICIA DIVINA

De un par de visitas a Ginebra y un par de encontronazos con la policía suiza y algún que otro suizo. Tuve que oír frases como "los españoles sois unos golfos y puteros que no os gusta trabajar" a lo cual yo respondí con mi inglés de Mairena "pa golfos los suizos que guardáis el dinero del narco trafico del mundo"; además de estos encontronazos el Federer seguía ganando y yo poco a poco cada vez tragando menos a los suizos. Entonces en Roma vimos a estos personajes. Y se me ocurrió que quizás Miguel Ángel también como yo no tragara a los suizos y los vestió de monigotes. Pensé que era justicia divina. Aunque después vi otro caso de esta justicia. Cuando una de mis mejores fotos allí se la hice a estos cab..., bueno eso. Que me voy a dormir que hoy me duelen los pies como el día antes de venirnos de nuestra ciudad, te acuerdas no?. Q B E.

CIRCO

Circo, Coliseo. Lo oí muchas veces. Me quedé con Coliseo. Me gustaba más la palabra.Nos sentamos en una piedra al amparo de la sombra para descansar de los días felices. Era impresionante lo bien puestas que estaban allí las piedras ¿verdad?. Estabas sentada dentro de tu sueño. Y a pesar de que el sol no te daba. Tus ojos brillaban como nunca.

A GUSTO

A gusto estuvimos en Roma ¿verdad?. Paseamos, disfrutamos y usamos muchos verbos para disfrutar de esa ciudad. A gusto muy a gusto ¿verdad?, un beso. Q. B.E.

CAMPO DE FIORI

Continuamos el primer día adentrándonos en Roma. La tarde ya se había disuelto y el resplandor del sol era un efímero rastro por encima de los tejados. La miré entre la multitud allí estaba Ella. Había venido conmigo a una de esas ciudades donde nacen los sueños. Seguimos adentrándonos en Roma ambos con los ojos bien abiertos. Empapándonos de sus calles.

Y LLOVIÓ

De repente mi rodilla empezó a gritar. Dios la que va a caer, pensé. Conforme íbamos buscando el camino de regreso se abrió el cielo. Y comenzó el diluvio. Algo parecido a lo que debió de sentir Noé. Mi paraguas se rompió. Y Ella empezó a notar como el agua la asaltaba sin piedad. Nos metimos en un hueco que había en la pared al refugio del diluvio. Allí descubrí su cara mojada y hermosa como un prado al amanecer. Era natural viva y despierta y con un brillo especial. Su mirada a pesar de la lluvia era espectacular. Ahí tiré adelante. Esa hermosura a mi lado y en Roma que importaba la lluvia. Al fin y al cabo sólo era agua lo que caía del cielo.

ARRIVEDERCI ROMA

Sembrado estaba el suelo de otoño. Y nuestro corazones empezaron a notar la dicha de estar juntos en una ciudad extraña y maravillosa. Cada esquina era una fiesta. Cada letrero una pista. Cada iglesia. Cada monumento. Recuerdos de las Vacaciones en Roma. Aquellas del 53. Tus besos preciosa. Tus ojos brillando anclada en tu sueño. Recuerdo que el día que nos fuimos además de preocupado por no perder el avión, iba triste. Por perder de vista aquellos 6 días de noviembre que no olvidaré en mi vida. Mi alma no era más que el otoño en el Tiber. Alamedas cercanas al río, llenas de luz pero también de hojas caídas. Hojas preñadas de tiempo que no volverán. Cuando andamos en el taxi esos treinta y tantos kilómetros que nos separaban de Fiumicino. Estuve callado. Muy callado. Cuando llegamos y facturamos buscamos el bar (como buen español) ;y justo cuando traía a nuestra mesa el café, el zumo y las dos magdalenas de chocolate, me besaste. Y me despertaste de la tristeza. Dibujando en mi cara una sonrisa. Que ya no volvería a apartarse de mi rostro.

COLISEO

A veces Dios, la Naturaleza, la suerte,..., o llamadla como queráis cada uno a el motor que mueve el mundo. Te deja en bandeja la opción de recordar de una manera más artística de lo que hubieras pensado. Yo entré en el Coliseo pensando es esquivar a los romanos vestidos de época que trataban de atracarte con sus cámaras en la puerta. Y pensando que las fotos buenas del Coliseo serían desde fuera. Y como dice mi madre "la primera en la frente". El motor del mundo colocó esas nubes, la cruz y lo arcos. Sólo hubo que tapar el sol con la Cruz. Y creo que no quedó mal del todo.

MI PLAZA

Allí me encontré contigo. Te tenía olvidada hace tiempo. No sabía donde te dejé. Aparecían conatos de ti, pero no eras autentica. De repente me senté en la plaza de Santa María del Trastevere. Una cerveza entre mis manos. Y los ojos de mi amor muy cerca. Y allí volviste a aparecer. Allí volví a recuperarte. Alegría.

NOCHES

También las noches eran hermosas. Noches de luces incomparables. Noches vestidas de Trastevere y cena con vino. Este recuerdo es de la primera noche. Yo miraba el Tiber mientras Ella hablaba con Sevilla. Son tantos los recuerdos que cada foto supone un instante para parar el mundo en 5 días inolvidables.

AVANTI

Se ponía en verde y había que correr para poder cruzar sin quedarte aplastado en el parabrisas como si fueras un mosquito.

ANOCHECIA

Entre los tejados del Trastevere. Desde el puente Sisto(uno de los que cruza el Tiber). Vimos como el esbozo de luna se colaba en Roma. Acabábamos de llegar a la ciudad. Era nuestro primer día. Y subidos en aquel puente comprendimos que lo habíamos conseguido. Los pájaros que os presenté tres entradas más atrás de este blog. Nos hicieron cruzar rápido. Para nos mancharnos. Y una vez que entramos en la calle que nos llevo hacia el centro de Roma. Recuerdo que la besé en la primera esquina, como si fueran a prohibirme que volviera a besarla. Estábamos en Roma y entre sus labios estaba llegando a mi tierra prometida.

VERDAD

Tan denostada y mal traída en estos tiempos que corren. La verdad también tenía su sitio en Roma. Un sitio en el que vimos como montones de turistas insistían en hacerse una foto metiendo la mano en ella. Después de los tiempos que corren. Tendría su punto hacerse una foto siempre y cuando, antes y con la mano metida se contestara a una pregunta. "¿Defraudó usted a hacienda?, ¿le fue infiel a su esposa?, ¿es cierto que acosó en el trabajo a su secretaria?....".

Iban a tener que instalar un dispensario en la iglesia que alberga la boca. Y venga mancos paseando por Roma. Aquel día lo pasamos bien. Y a pesar de mi fama de conocer gente. No fui precisamente yo quien se encontró a alguien conocido.

NACHO VIDAL

Mira que había calles. Mira que había tiendas. Pues fijarse con el tocho de mortadela con el que fuimos a encontrarnos la primera noche. Paseábamos en dirección al centro y nos encontramos con una pieza que serviría para ponerle bocadillos a todo Cerro Muriano.

IMPERIO

Piedras milenarias. Recortes de pasado glorioso y que del eterno pasó al efímero. Entras en la historia cruzando una puerta. Y todo un mundo del pasado se encuentra ante tus ojos. Llegamos al foro desde el circo máximo. Y la primera vista fue la del Coliseo desde allí. Una vez dentro del foro las luces se aliaron con nosotros para que el recuerdo de la foto se convirtiera en igual de hermoso que el que llevábamos en el corazón.

ALFRED

No. No me he dedicado a puntear la foto. Tampoco se ha rayado la diapositiva. Son pájaros. Se arremolinaban en el cielo al atardecer. Por encima del Tiber volaban a un lado y a otro buscando donde dormir. Cruzamos el puente Sisto y nos dispusimos a buscar el Campo de Fiori en la naciente noche.

EL GESÚ

Fuera ardían los motores y Roma corría de un lado para otro en un día festivo. Dentro la paz y el sosiego, sólo quebrado a ratos por hordas de japoneses que cámara en ristre se llevaban impregnada la belleza en sus tarjetas de memoria. Mientras Ella miraba el mapa sentada en uno de los bancos. Yo me encontré la esperanza de esta señora anónima impregnada en la luz de una vela. Cuando volví hacia el banco. Mi amor ya había reconducido nuestro camino y salimos a la Roma de las carreras, mientras dentro ya iban apagando las luces y el Gesú comenzaba a dormitar.

FUENTES

Que os voy a contar de mi debilidad para ver las fuentes. Que os voy a decir de las horas que puedo pasarme mirando chorros de agua y fotografiándolos. Roma para eso es ideal. Aparecen por todos lados. Potables o no. Muy ornamentadas o muy simples. Las fuentes y sus aguas son una parte fundamental del paisaje urbano de la ciudad eterna.

Y MIRA QUE TE LO DIJE..

Gianni que voy de incógnito. Por favor déjate de homenajes. Que no quiero que nadie se de cuenta de que he estado allí. Pues nada. Fue llegar y allá que tuve que inaugurar la nueva rotulación de mi calle. Banda de música. Una gran paella y mucha cerveza Cruzcampo para celebrarlo. Pero Gianni aunque te lo agradezco no tenías que haberte molestado hombre.

TRASTEVERE II

Seguimos mirando a nuestro barrio. Esa estela de calles cortadas entre sueños y alborotos de un día festivo. Seguía aun el nerviosismo de descubrir una ciudad. Aquella extraña dicha que se siente cuando surcas mundos desconocidos para ti. Allí entre paredes raídas por el tiempo. Sol tímido. Y adoquines cuadrados. Buscamos ambos un lugar donde surtirnos de comida. Recordaré siempre la luz de aquel mediodía de otoño. Aquella luz de todos los Santos. Que reflejada en sus ojos me inundó de dicha mientras unos niños jugaban a la pelota. La luz de aquel 850. El mismo coche, no el mismo color, que nos llevó con cinco años a Zufre atravesando la cuesta de las Doblas en un ejercicio de deporte de riesgo. Allí donde el sol se reflejaba el Trastevere era como una suave brisa que inundaba los sentidos. Ya llegarían más cosas. Y en mi barrio. Cosas que espero poder seguir contando más adelante.

PERPETRANDO

Las tres horas de sueño. El avión. Perder el Leonardo Express. Llegar hasta el Trastevere. Que queréis que os diga. Da hambre. Allí me encaminé con unos tubos de pasta de estos de nombre impronunciable. Salami y gorgonzola y un vino recién abierto. Un poco de pesto y así se hizo nuestra primera comida en Roma. Detrás vino una siesta soberana de tan sólo una hora. Y levantarse con la intención de meterte Roma en las tripas y meterte en las tripas de Roma.

TRASTEVERE

Cuando llegué hasta ti no sabía exactamente hacia donde me encaminaba. Iba de su mano buscando el Vicolo de la Scalla. Buscando nuestro zulo en el que vivimos nuestro sueño. Paseando por tus calles impregnado de tus bares, del olor de tus calles, no pude imaginar un lugar así. Cuando vaya asimilando que ya no estoy allí os seguiré contando lo que viví cuando descubrí mi lugar en Roma. Sin duda. Me hice ciudadano del Trastevere. En el que viví 5 días muy felices.

NACIMIENTO

Llegué a ti casi de casualidad. En una vida acostumbrada al desasosiego eras algo parecido a un sueño. Me atrapastes desde el principio. Tenías recónditas esquinas y avenidas francas y luminosas. Una mañana de noviembre te vi erguida ante la vida. Ilusionada y despierta ante mis manos. Las nubes y el sol aparecían en tu cara. Aunque siempre resplandecías hasta bajo la tormenta más feroz. Me vine de Ti con Ella y con la sensación de haber sido feliz entre tus calles.

Ahora creo este cuaderno de recuerdos y esperanzas que lleva por título la frase que resume este viaje. Un viaje que necesitaba junto a alguien que he descubierto como la perfecta compañera de viaje. Ciao carissima.(mi italiano es un poco peor que mi castellano).